Cuando
se habla del Nautilus, muchas personas seguramente recordarán al
submarino que concibió el gran escritor y visionario Julio Verne en
su gran aventura Veinte
mil leguas de viaje submarino.
Sin embargo, hay que señalar que el
verdadero Nautilus es
un extraño y poco conocido molusco que es confundido comúnmente por
algunos con un caracol debido a la forma de su concha. A
continuación, te proponemos conocer un poco más de estos
misteriosos
animales marinos.
¿Qué son los Nautilus?
Los
Nautilus
o Nautilinos (existen
varias especies) son moluscos marinos muy antiguos que pertenecen al
grupo de los cefalópodos, por lo que se consideran primos cercanos
de otras especies mucho más conocidas como son los pulpos, las
sepias y los calamares.
Se
encuentran exclusivamente en los océanos Índico y Pacífico y
aunque pueden verse en zonas de arrecifes de coral, lo más común es
que se encuentren a varios cientos de metros de profundidad, y solo
asciendan a aguas más superficiales por la noche para alimentarse.
A
diferencia de algunas especies de calamares o de pulpos, este
cefalópodo es más bien pequeño y no suele superar los 20 cm de
longitud, y aunque presentan una gran cantidad de tentáculos (unos
90), estos no presentan ventosas, lo cual también los diferencia de
sus primos.
Los misterios de la concha del Nautilus.
Una
de las características más llamativas de estos moluscos
curiosos es
su concha externa, una estructura de gran belleza y única dentro de
los de su familia. Esta concha de carbonato de calcio que por fuera
recuerda a veces a la porcelana, posee por dentro una capa nacarada
que ha hecho que sea muy demandado por el mercado artesanal.
Lo
más interesante de dicha concha es su estructura, pues aunque es
espiralada como la de los caracoles, por dentro está separada por
múltiples cámaras separadas por tabiques que se forman a medida que
crece el animal. Cuando la cámara le queda pequeña, el
Nautilus secreta
una nueva cámara mayor y abandona la otra, y así se va desplazando,
de manera que los ejemplares más antiguos pueden poseer decenas de
cámaras vacías.
Pero
estas cámaras no dejan de ser importantes, por el contrario, son
vitales para la vida de este animal, pues son empleadas como un
eficiente mecanismo de flotabilidad que ha sido copiado por el hombre
para la fabricación de los submarinos.
En
el centro de los tabiques que separan las cámaras se encuentra un
pequeño tubo muy corto que permite que pase un fino cordón que une
a todas las cavidades. Este cordón es el responsable de transportar
a estas cámaras un gas que secreta el animal y que permite que al
llenarse, el animal flote más y pueda ascender sin necesidad de
gastar energía o descender a su voluntad vaciando las que necesite y
llenándolas de agua, usándola así, junto al peso de la concha,
como un lastre que acomoda según la profundidad a la que desea
estar.
Este
magnífico mecanismo permite que el
Nautilus esté
flotando casi permanentemente en la columna de agua sin apenas
esfuerzo, lo cual solo necesita para nadar horizontalmente si no
deseara dejarse llevar por las corrientes. Para desplazarse, lo cual
puede hacer bastante rápido, recurre al mismo mecanismo que los
calamares y pulpos: la propulsión a chorro empleando un sifón que
tiene al lado de su cabeza, aunque en este caso, nunca expelerá la
conocida tinta de sus parientes, ya que carece de ella.
El
Nautilus es un animal
marino muy fascinante,
¿verdad? ¿Sabías
que la concha de este animal es estudiada por los matemáticos que
investigan acerca del interesante tema del número áureo en la
naturaleza?
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